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8 DE MARZO

marzo de 2015

¿Están seguros  que, viendo lo que se cuece en nuestras ollas podridas, el siglo en que vivimos hemos de numerarlo  así (XXI) o deberíamos cambiar el orden de los números romanos ( XIX)? Confieso que al enterarme de los interrogatorios de la jueza de Vitoria  María del Carmen Molina Mansilla, un alzheimer temporal  me dejó en el desamparo total de no saber en qué tiempo vivo y consecuentemente las coordenadas temporales se me han dislocado.  Esta decimonónica jueza en el interrogatorio que hacía a una víctima de violación (acoso llevado a los límites de la violencia para su consumación) tuvo la imperdonable ocurrencia de preguntar: ¿Cerró bien las piernas? , ¿cerró toda la parte de los órganos femeninos?»

Estas preguntas podríamos entenderla si vinieran de una buena parte del relicario episcopal tras la reja de un confesionario puro y duro, pero formulada por un JUEZ FEMENINO  ante tribunal civil, ya es demasiado para el cuerpo y no digamos para el alma. La violación comienza, señora letrada, cuando una persona no acepta una invitación de carácter sexual y el solicitante no obstante inicia el asalto con acoso o abuso físico. No calificaría yo de descaro, desvergüenza u obscenidad que alguien proponga a otr@ de mayoría de edad y con plenas facultades mentales  tener relaciones sexuales. Pero el NO claramente expresado ha de constituir una barrera infranqueable. No son admisibles la violencia física, el abuso de poder o el chantaje. NO ES NO (esto fue escrito antes de que Pedro Sánchez hiciera famosa esta expresión), tenga como tenga las piernas la propietaria de aquel cuerpo . El delito de violación no depende del ángulo que describan los muslo, señoría.  ¿Quiere acaso sugerir que cuando una mujer se queda abandonada por el agotamiento que supone el esfuerzo de defenderse de una fuerza bruta, está aceptando que la penetren?¿ Está obligada a hacer un esfuerzo sobrehumano y llegar hasta la heroicidad de poner en peligro su vida, para poder demostrar que fue violada? ¿Qué nivel de prestidigitación o qué tipo de apósitos homologa la ley para garantizar que la mujer ha cerrado convenientemente  “toda la parte de los órganos femeninos”? ¿Tendrá que volver la mujer a utilizar el cinturón de castidad medieval y para demostrar que  su relación no fue consentida deberá  presentar el artilugio con los precintos rotos? Suponemos que la llave la habrá de custodiarla el juzgado de guardia que tendrá que levantar acta de los manejos del artefacto.¿ O está sugiriendo la letrada, como procedimiento preventivo y testimonial el cosimiento de “toda la parte de los órganos femeninos”?

Impresentable aquel  juez que justificó el acoso practicado por un jefe a su empleada aduciendo que la trabajadora llevaba una vestimenta muy provocadora. A los talibanes les provoca el cabello suelto de las mujeres:¿justifica esto la imposición del burka? Pero que estas argucias jurídicas vengan de UNA juezA es algo más que fuego amigo: es el lobo vestido de oveja camuflado en el redil. Esto nos hace recordar a la autora de “Cásate y sé sumisa”. Cierto es que los hombres debemos unirnos a la lucha por la igualdad de la mujer y la defensa de su dignidad, pero mientras cunda la infección machista  dentro del propio cuerpo social del género femenino, difícil tenemos la lucha contra esta pandemia. Mientras se siga aceptando los celos como prueba de amor, mientras siga siendo el patrón de la virilidad el grosor de los cojones, mientras las propias mujeres no incorporen en su chip que el estar guapas no es el primer dígito de su feminidad, poco habremos progresado en el proceso de la igualdad.

Dice el obispo de Córdoba, que de mujeres parece entender mucho (no sabemos si por experiencia propia o por infusión del Espíritu Santo que en alguno de estos líos anduvo metido) que no debemos perder los papeles: «cuanto más varón sea el varón, mejor para todos en la casa».»El varón es signo de fortaleza y representa la autoridad que ayuda a crecer». «Cuanto más mujer y más femenina sea la mujer, mejor para todos en la casa”. Ya no hace falta explicar lo que la mujer representa porque ya es de todos sabido: la ternura, la abnegación, la entrega sin límites, la ilimitada disposición a ser el descanso del guerrero…El obispo Esteban Escudero nos cree más cortit@s y por eso nos lo especifica y remarca: “Vosotras sois las que proporcionáis el cariño, el hogar y la ternura en la familia” Los hombres ya se sabe: al bar, a lo bruto, a lo suyo, insensibles por mor de la virilidad. Ya lo dijo Gallardón: lo que hace a la mujer ser mujer es la maternidad (y sus derivados, añado yo).

Como tengo conciencia clara de que soy oveja negra muy descarriada y mucho descarriada me declaro en rebeldía. Obispo Braulio (prelado de Toledo) huele usted muy poco a oveja cuando dice “»Dejémonos ya de las zarandajas que la ideología de género enturbia». Su misoginia es la que enturbia, perturba  y distorsiona. Tienen sus eminencias un problema: creer y defender que el sacerdocio y la jerarquía tiene raíz genital y sólo la testosterona capacita para el ejercicio sacramental.

En este 8 de Marzo, a pesar de las levitas y las togas, estamos orgullosos de ser hombres, mujeres y viceversa, iguales en condición, parejos en dignidad y respeto, merecedores en la misma medida de libertad, y dispuestos a luchar contra todo tipo de esclavitud, opresión, discriminación, vejación e indignidad. Es un largo camino al que esperamos que se incorporen a bloque las nuevas generaciones.