<- Volver

DIJO RETORCIENDO EL MOSTACHO

junio de 2015

Allí estaba hierático, solemne, casi patriarcal. Dando caña, fustigando la “flojera”, clamando por el Imperio, reivindicando para la derecha pura y dura “la gracia de Dios”, y el derecho de pernada. Aznar en estado puro. ¿Qué se le puede negar o achacar a un miembro del triunvirato de las Azores, a un vaquero que descansó sus implacables botas sobre la mismísima mesa del hombre más poderoso del mundo, a un latino oriundo de Madrid pero con afectado acento texano?  Él, siempre por encima del bien y del mal, es el dedo divino que reparte bulas y testamenta herencias. No satisfecho con ungir a su sucesor  (hilitos a la mar) está dispuesto a controlar su dinastía de generación en generación. Mariano, el gallego de la escalera que vete a saber si sube o baja, ya está amortizado. Ha sido un títere que nunca supo repartir estopa como Dios manda a los muñequitos de la izquierda y a los enanos tocados con barretina o chapela. Para el Presidente de honor del PP, el partido es un cortijo donde él hace y deshace a golpe de sugerencia o por edicto de FAES. Hay amenazas de terremoto político y signos de final de ciclo: los partidos nuevos claman por primarias y los pactos necesarios  amenazan la era digital.  Y Josemari, conductor libertario en asuntos de alcoholemia, se dispone a adelantar por la derecha:

-Recuerde quien lo haya olvidado, que yo soy el Padrino, y he aquí mi ahijado bien amado, digno de mí y preparado para  heredar: Pablo Casado. El que tenga oídos para oír, que oiga.

Porque si el partido en el futuro inmediato tiene la debilidad de caer en la herejía  de los emergentes que predican “un militante, un voto”, y se entrega irresponsablemente a las prácticas masónicas de primarias abiertas para militantes y simpatizantes, Él, el Profeta, el Mesías, el Salvador de la patria, indica el norte donde todos deberán buscar y encontrar la Estrella Polar.

¿Pero quién es esta estrella rutilante que asciende meteóricamente para dirigir a los Reyes Magos que nos traerán oro (para los de siempre), incienso (para sus acólitos), y mirra (para el sufriente ciudadano)? Según los designios divino-aznarianos este cachorro de Nuevas Generaciones es el llamado a capitanear el cambio y el rejuvenecimiento de nuestra derecha, siempre tan alejada de los patrones europeos. Agresivo, frío, dogmático, orgulloso, dispuesto a cabalgar hasta los límites del insulto y del desprecio.. ¿Los pocos años, la buena presencia, la estudiada informalidad de los vaqueros, son suficiente argumento para encarnar la modernidad?

El futuro no se construye robusto y firme sobre el borrón y cuenta nueva, sino sobre la dignidad de saldar las cuentas pendientes. Este jovenzuelo que recurre insistentemente como sus progenitores, a la herencia recibida de Zapatero , nunca se ha preguntado por la herencia que sus ancestros han endosado al pueblo español. Antes de decir disparates, señor vicesecretario de comunicación, hágase un master o al menos un cursillo sobre la guerra civil que los suyos denominaron Glorioso Alzamiento Nacional o Cruzada. Aquella contienda no fue, señor Casado, la “Guerra del Abuelo”. Su chiste merece ser  analizado por la Fiscalía General del Estado, porque aquello no fue una “batallita” ni una anécdota chusca de la mili. Supuso un millón de muertos y una dictadura cruel de cuarenta años que dejó muerte y mucho dolor por el camino. Todo ese horror no vino “por la gracia de Dios”, sino por un golpe de estado contra el poder legítimo de la República. Y quienes defendieron el orden constitucional fueron esos “abuelos” que usted y su partido ningunean y desprecian.

Pero no se amohíne, joven aprendiz de brujo, que no está dando la nota. Sus “mayores” están en la misma cuerda y sintonía. El Ministro de Asuntos Exteriores al informar sobre la concesión de la nacionalidad española a los safardíes descendientes de aquellos judíos que en su día fueron expulsados de los reinos peninsulares, se despachaba de esta manera: es un deber de la Memoria Histórica;  “la buena”-remató el señor García Margallo.¿Es que hay otra mala o falsa? ¿Quiere decir que los que reclaman la rehabilitación y la recuperación de la dignidad de aquellos españoles abatidos ante los pelotones de fusilamiento o por las cunetas, y los obligados a la diáspora por el único delito de ser vencidos, se acogen a una memoria histórica falsificada, de low cost o de segunda mano? Cierra el capítulo, por el momento, el señor (es un eufemismo o manera de hablar) Rafael Hernando que se permite calificar la búsqueda de la dignificación de los muertos republicanos como un “negocio”.

¡Triste país éste donde ocurren cosas tan injustas, extrañas y peregrinas como que el primer reconocimiento y homenaje a los soldados republicanos españoles que se jugaron la vida por la libertad y la democracia, se haya celebrado en la Capital Francesa!. Allí ha tenido que ir el Jefe del Estado, rey para más señas, para dar fe, bajo el Arco de Triunfo, del valor  y respeto de aquellos republicanos, mientras en casa se les niega hasta el recuerdo ¡Vaya marrón infumable para Felipe VI que bastantes pulgas tiene ya en el envés  de su manto.

Pero volvamos a Pablo Casado: en su particular circo mediático se permite hacerse el graciosillo modernaca. Con sonrisa burlona se despacha etiquetando de “carcas”  a quienes reivindican y buscan desesperadamente “las fosas de no sé quién”. Es un drama no un sainete, que haya innumerables tumbas de soldados desconocidos, pero ya es un sarcasmo intolerable  negar el recuerdo a miles de ciudadan@s con nombres y apellidos, desde los más renombrados (Federico García Lorca) hasta los más humildes, que reposan en cunetas y fosas comunes. Otra cosa es que para usted sean un “don nadie” o un “no-sé-quién”.  Tanta chulería ofende. Pero si un día quiere salir de su ignorancia supina y ofensiva, le doy pistas por dónde puede transitar: hable con la Asociación Foro por la Memoria de León promotora de la capilla laica del Cementerio de esta ciudad  en recuerdo de los 1511 represaliados identificados, la mayoría prisioneros de guerra de la cárcel de San Marcos. Aplíquese a sí mismo la escala Zapata: pida perdón públicamente y retírese del ruedo, por más que le haya dado la alternativa el gran espada de Irak, el maestro Aznar, asiduo triunfador en la plaza de toros de Valencia.

Se equivoca el Partido Popular si encomienda su futuro a los cachorros podencos de Nuevas Generaciones (Carromero, Casado…) en vez de lanzar a la pista galgos merecedores de mejores liebres: sabia nueva, nuevos injertos, no transgénicos de última generación cuyos efectos secundarios son impredecibles. Ahí está la señora Cifuentes, una mujer de derechas sin duda, pero homologable a los conservadores europeos: aboga por primarias, defiende la ley de plazos para el aborto, no es partidaria de la privatización masiva de los servicios públicos… No olvidemos a Borja Sampere, postergado a la recámara por los armeros de la caza furtiva: perseguido por ETA, testimonio de entereza y dignidad en un partido en el que se repartían sobresueldos, prebendas, pelotazos y tantos por ciento; a este hombre, joven por edad, pero de una madurez, equilibrio y sensatez merecedores de mejor suerte en una derecha bajada del monte, moderna y tolerante, no se le da cancha ni en el partido ni en los medios de la caverna. Por la puerta de atrás entra la Sra. Sáez de Santamaría que no sabemos si sólo sabe bailar al son que tocan, si se presenta a las elecciones o a oposiciones de bombero (¿la manguera dónde está, Mariano?) o si viene bien calzada para arrancar en la carrera de fondo hacia el “Merkelato” (apuntes de mala leche no le faltan: primer aviso día 7 (Atresmedia), pistoletazo de salida 20D.

.Parece ser que el PP se empeña  en perpetuarse  según los cánones de la época de los validos: orgullosos, despóticos y embotados de desprecio hacia quienes critican  su cabalgar o quienes se sienten humillados por la contundencia de los cascos de sus caballos; ufanos desde sus monturas modelo troika, lanzan al viento sus veredictos: “ladran, luego cabalgamos”.¿Las urnas serán capaces de detener a Atila y sus godos?