Documentos > TESTIMONIO MONETARIO

Los avatares de la convulsa república, de la guerra civil y la dictadura dejan también su impronta en el campo monetario. El estableciente de la II República supone un cambio de moneda corriente. El alzamiento franquista cuartea el territorio español, estableciéndose en cada una de las zonas su propia emisión bancaria. En el devenir de la contienda las áreas republicanas cada vez están más desconectadas territorialmente con las consiguientes dificultades de circulación de bienes y  fluidez administrativa. Por eso  las autoridades republicanas descentralizaron la emisión de moneda para abastecer el mercado. Además de Madrid se emitieron billetes en Bilbao, Cataluña, Asturias y León, Gijón. El cambio de manos en el dominio del territorio complicó enormemente la vida, ya dura de por si, de la gente: imposible saber de hoy para mañana qué moneda servía para comprar lo más elemental. A esta confusión se añadió al fin de la contienda la represión de los vencedores que se negaron  a convalidar la moneda republicana.  Gran parte de la población se vio en la miseria más absoluta. Muchas familias sin perder la esperanza de que llegaran tiempos mejores  y con el propósito de borrar cualquier traza que pudiera ser objeto de delación escondieron sus ahorros  en agujeros camuflados, en colchones y jergones. El silencio selló todos los secretos. Desaparecidos  los “autores” fueron descubriéndose por casualidad en boquetes y enseres  estos pequeños tesoros de nulo valor monetario pero de gran significado testimonial y sentimental. Los documentos que se aportan a continuación forman parte  de uno de esos patrimonios familiares.

 

MONARQUIA (1925-28)

 

II REPÚBLICA (1935)

 

GIjÓN (1936)

 

BILBAO Y GIJÓN (1937)

 

CONSEJO DE ASTURIAS Y LEÓN