VALLINAS OCCIDENTALES

Estos pequeños valles transversales que el agua de las torrenteras ha escarbado, siempre han sido muy apreciados por nuestras gentes más bien necesitadas de agua. En todas estas vallinas afloran brotes de los ricos acuíferos que se ocultan bajo nuestras tierras. Tal vez por ese aprecio especial todas ellas tienen su nombre. Partiendo de frente al pueblo caminando hacia El Corral nos encontramos con la Vallina de Gatón, Vallina del Truébano (hay constancia en el S. XVIII), Vallina José Sánchez, Vallina del Peronalico, Vallina del Campo, Vallina de Vizcarrosa (registrada ya en 1638), Vallina del Tío Remigio. En las partes bajas de estas últimas vallinas se encuentran los topónimos de El Tendero y El Espinón

Los canteros no tienen nombres propios. Muchos de ellos antiguamente estaban labrados casi hasta el monte con cultivos de centeno o avena. Desde tiempo atrás, alguno de ellos se ha reciclado, con visión de futuro, en pinares. No faltan en los rincones abrigados algunos cepos que continúan la tradición apicultora de estos lugares. Dos caminos ( las colladas) conducen al monte: La Collada Vieja (denominada de San Julián en el siglo XVIII) y la Collada Nueva. La función principal de las colladas era acceder al monte para traer la leña o la hoja sin olvidar la conexión con el Camino de León que venía por la loma desde La Ercina.